
Que difícil es ser paciente y esperar, una llamada, un cambio, una persona. Pasan los dias con la sensación de estar perdiendo el tiempo intentando darle sentido a todo, noches sin dormir pensando en lo vivido y en lo que tendrá que llegar. El consuelo da paso a la resignación.
La vida es extraña, ¿o somos nosotros los extraños?, de un revés tu vida puede cambiar y todo aquello en que tu moral se sustenta, se viene abajo; y se te presenta un mundo ante tus ojos totalmente nuevo, pero te sientes perdido sin saber que rumbo tomar. Aquel en quien confiabas y creias conocer, hoy parece una persona distinta, incluso tu casa adquiere un clima desconocido para tí y que habia pasado inadvertido. La gente dice que has cambiado, que ya no eres el mismo de antes, pero realmente te sientes tú mismo por una vez en la vida y te sientes liberado.
Quizás es eso, miedo a ser libre como un animal criado en cautiverio y se le da suelta, miedo a intentar realizar tus sueños, miedo a la sensación de ser observado en la noche por alguien o algo invisible, pero al que puedes percibir su mirada fija en tí, como te observa mudo, esperando que le devuelvas la mirada, pero la sola idea de encontrar dos esferas te crea pánico, indescriptible sensación de angustia.
Solo queda esperar, dirian, ¿pero y si la espera fuera eterna?, ¿hasta donde llegan los límites de la fé y la esperanza?.
